Estas
tres últimas semanas Sara y yo hemos hecho varias cosas; hemos ido
al cine, hemos hecho taller de cocina y hemos ido a jugar a los
bolos.
La semana que fuimos
al cine vimos la película de "Bob Esponja; un héroe fuera del
agua". La verdad es que fue una película que a mi personalmente
no me agradó nada, pero Sara no paraba de reírse y de comentarla
(como siempre, le encanta hablar). En la sala solo estábamos
nosotras y una familia más, así que la sesión fue bastante
tranquila. La verdad es que es que el que sea tan charlatana hace que
cada día le coja más cariño a esta pequeña grandullona.
La semana siguiente
fuimos a la bolera, y lo hicimos acompañadas! Fuimos con Sonia (una
de las mentoras) y con Wiam (su mentorada). La verdad es que nos lo
pasamos mejor de que lo que yo pensaba que nos lo íbamos a pasar. A
Sara le encanta compartir sus experiencias con sus amigas, sobre todo
con Wiam que es su mejor amiga. Las dos no paraban de reír todo el
rato y de hacer cosas cómicas con las que Sonia y yo no podíamos
evitar reírnos. Las niñas iban tan a su bola y se lo estaban
pasando tan bien que yo creo que realmente no eran conscientes de
que jugar a los bolos es un "tipo de competición" en
la que había que hacer lo posible para ganar; a ellas les daba lo
mismo tirar todos los bolos que no tirar ninguno y creo que esa es la
mejor parte que me llevo de esa tarde porque ante todo lo que
hicieron fue pasárselo bien.
La semana pasada,
Sara se vino a mi casa porque yo le tenía preparado un taller de
cocina, concretamente de repostería. Antes de decirle que era lo que
íbamos a hacer la dejé que pensara y que le diera vueltas a la
cabeza para que intentara adivinarlo, y para eso me acompañó a
hacer la compra de los ingredientes pero ni con esas consiguió
adivinar qué era lo que íbamos a hacer. Cuando llegamos a casa le
enseñé las recetas que íbamos a hacer y le encantó la idea, y sin
pensarlo dos veces nos pusimos manos a la obra.
Lo primero que
hicimos fueron unos búhos con galletas oreo y con unos lacasitos de
decoración, una receta muy fácil y muy divertida de hacer. La idea
era que ella después pudiera enseñarles a sus hermanos pequeños
como se hacía y pasar un buen rato en familia.
La segunda receta
que intentamos hacer fue un "brazo de gitano", pero debo de
decir que nuestro gozo cayó en un pozo! Nuestras expectativas eran
superiores a lo que realmente éramos capaces de hacer. No obstante
pasamos un muy buen rato intentando hacerlo y una risas con el
resultado final que más que lo que esperábamos parecía un
"sanwich" con una pinta un tanto desagradable.
La tarde la puedo
resumir como una tarde llena de curiosidad por aprender y llena de
risas con el proceso de cocina.